UCRANIA Y EL CONTROL DE LA PEDERASTIA POR CASTRACIÓN

Una de las escenas más impactantes de Liliana Cavani es aquella en que un soldado estadounidense se lleva de la mano a un niño pequeño para abusar de él en un callejón, después de entregar a su madre un paquete de tabaco. Me viene a la memoria esta escena de "La piel" por la oleada de abusos a menores en Ucrania, que ha hecho necesaria la aprobación de la castración química para varones de entre 18 y 65 años culpables de pederastia. Medida tan dramática a pura fuerza tiene que resultar controvertida, porque en estos tiempos hay hasta quien aboga por incluir la pederastia en el catálogo de opciones sexuales merecedoras de subvención. Habrá quien diga que la enfermedad del pederasta es psicológica, y que por tanto la castración química no supone una solución definitiva, porque nos instalamos en la creencia de que los abusadores de niños son psicópatas, o al menos personas diferentes, pero no... Esa es la fuerza del impacto que produce la imagen de Liliana Cavani ante algo tan horrible: que el soldado era uno más; no llevaba ningún distintivo de su repugnante moral. Abusaba del niño porque lo deseaba y se le presentaba la ocasión de hacerlo. Así, sin darle más importancia, como han hecho en Haití, en Siria y en tantos otros lugares donde la ocasión era propicia gente que en apariencia era como usted y como yo.

Una de las entrevistas más difíciles que pueda imaginar un comunicador fue la de Jon Sistiaga a Garavito. Sentado ante un monstruo que había violado y asesinado a 200 niños daba sin embargo la impresión de ser un hombre como otro cualquiera.
"-¿Le tengo que tener miedo? "
"-No. ¿Por qué miedo, señor Jon? "
"-Es usted uno de los mayores asesinos en serie de la Historia"
"-No. Yo cometí una serie de conductas que infringen las normas penales y las morales. Soy un ser humano igual a cualquier otro."

En Colombia le llaman "la Bestia", pero Garavito se considera "un ser humano igual a cualquier otro".Jon Sistiaga no estaba en peligro con él por una sencilla razón: no era un niño. El problema de la pederastia es considerar que el delincuente es un enfermo mental como Garavito y por esta razón es importante la medida tomada por Ucrania de hacer públicos los nombres de los depredadores sexuales. Saber si el vecino es un pederasta puede ser una vulneración de la ley de protección de datos, pero desde luego es también una medida de prevención fundamental.

Los casos de abuso sexual a menores son más frecuentes, de lo que pensamos precisamente porque el abusador no es Garavito, sino una persona normal y corriente, a menudo un familiar o alguien allegado. Y no crean que los pederastas son solo de sexo masculino: hay un número preocupante de adolescentes iniciados en el sexo por mujeres maduras, en muchos casos pertenecientes al círculo amistoso de la familia.

Lo de la castración química reduce el impulso sexual físico y anula la capacidad de llevar, a cabo el acto sexual, pero no impide que el pederasta pueda realizar tocamientos o penetrar a su víctima con algún objeto. Será interesante ver el resultado que consiga esta ley nueva en Ucrania, aunque en mi modesta opinión la medida más efectiva para este tipo de delincuente sea la prisión permanente en tanto sigan siendo un peligro para los miembros más débiles de la sociedad, que son nuestros niños.

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