El violador sexual que esconde el kirchnerismo en sus filas

El kirchnerismo ha tenido en sus filas (y aún tiene) a personajes nefastos que cualquier persona normal no dudaría en apartar de su entorno y bloquear cualquier posible contacto. Sin embargo, el movimiento kirchnerista tiene valores e ideales un poco diferentes al resto de la sociedad: se aceptan la mentira, el robo, los guerrilleros y hasta los violadores.

En pleno auge del debate sobre los violadores sexuales, la política, gran oportunista, apareció para aprovecharse de la situación y sacar un rédito político. Así, hemos podido ver desde hace varias semanas a diferentes dirigentes vinculados al kirchnerismo pidiendo justicia y rasgándose las vestiduras por la inseguridad y los casos de violaciones.

Algo que no pueden negar en el kirchnerismo, es que son expertos en el cinismo y la mentira. El gobierno nacional y popular se jactó e hizo alarde de su pelea por los derechos humanos, como si antes del kirchnerismo los derechos humanos no hubieran existido.

Pero en sus filas de derechos humanos han tenido a personajes muy siniestros, como el caso de César Milani, acusado de delitos de lesa humanidad, sin contar el de los diversos ex funcionarios que formaron parte de Montoneros y el de un violador sexual que muchos prefieren olvidar: Carlos Alberto García Muñoz.

violador kirchnerista

Muñoz escapó de Argentina en plena dictadura y fue un exiliado político en Barcelona. Allí trató de rehacer su vida, pero un hecho lo marcó para siempre. Fue en el año 1999 cuando violó a su ex esposa porque no deseaba retomar la relación que tenían. En plena discusión, su esposa se encerró en la habitación, pero Muñoz rompió la puerta, le pegó un puñetazo y la violó en reiteradas oportunidades.

Este exiliado político fue acusado por violencia de género seguida de violación. Ya tenía antecedentes, en los que su ex esposa afirma que no era la primera vez que era golpeada. A raíz de este hecho, ella quedó embarazada de su violador.

Luego de la cárcel, a Muñoz lo esperaba una gran noticia para su vida política: un puesto en la Secretaría de Derechos Humanos y una combativa militancia en el kirchnerismo. Los 10 años en la cárcel española habían quedado atrás.

Aquí, ocupó un lugar importante para la ex Presidente Cristina Kirchner. Hasta que llegaron noticias sobre el pasado de Muñoz. Varios militantes y funcionarios kirchneristas sabían de su pasado, pero prefirieron callar.

Finalmente, el 9 de febrero de 2015, renunció el violador kirchnerista a su cargo en la Secretaría de Derechos Humanos.

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