Messi: más dolido que nunca

FC Barcelona Los silbidos del Camp Nou no ayudaron

Una derrota como la de Anfield tarde en digerirse. La de Roma duró un año y esta presenta visos de superarla. Es normal que el equipo, y todo el club en general, haya quedado muy tocado. Nadie se salva y ninguno disimula. Tampoco Leo Messi. Su cara durante y al final del partido frente al Getafe fue un fiel reflejo del mal momento que atraviesa el argentino.

Leo es un ganador nato. Lo ha sido siempre y eso no ha cambiado. Y derrotas como la del martes pasado le dejan tocado. En temporadas anteriores, en situaciones similares podía pasarse sin hablar con nadie hasta el siguiente partido. Si bien con el paso del tiempo su desazón ha remitido en derrotas de este tipo, la de Anfield sigue pasando factura.

Tampoco ayudó que en el aeropuerto de Liverpool dos aficionados le recriminaran que no había ido a saludar a la afición. No fue ningún incidente, pero son situaciones que en momentos así también hacen daño. Y Leo no es inmune a la reacción de los aficionados.

Como no lo es a los pitos que varios de sus compañeros recibieron por parte del Camp Nou en el partido frente al Getafe. Es una situación que siempre ha molestado a Leo. No le gustó que en su momento pitaran a Luis Enrique o a André Gomes. Le dolieron tanto que incluso no celebró un gol en el Camp Nou como muestra de desagrado por esos silbidos.

Messi entiende que una derrota así duela, pero no le gusta que personifiquen en jugadores. Cree que todos tienen que estar juntos y nadie debe olvidar que el equipo ganó el pasado año el doblete y este año tiene la opción de repetirlo. La magnitud de la Champions no puede eclipsar otros logros importantes.

A Leo le dolieron los pitos dirigidos al equipo y a dos jugadores como Coutinho y Busquets. El argentino ya le lanzó un mensaje a la grada en un partido anterior cuando pidió que no silbaran al brasileño. Posteriormente, habló ante los medios y también mostró su desacuerdo con la actitud del público. "Tenemos que estar más unidos que nunca, es el momento de apoyar", dijo.

El domingo fue silbado uno de los buques insignia del equipo en los últimos años como es Sergio Busquets. Por todos estos motivos Messi salió del campo rápidamente, con cara de pocos amigos y sin saludar a los aficionados como la mayoría de sus compañeros. Con anterioridad tampoco había celebrado el segundo gol del equipo, aunque fuera Arambarri el que se lo metiera en propia puerta.

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